Estoy en casa de Betsaida, con Alberto, Eva, Sara, y algunas chicas más. Estamos pasando la tarde tirados en el sofá antes de ir a un pueblo donde van a tocar unos amigos de Betsaida, y Alberto les hará de técnico de sonido.
Llegamos al pueblo, se hace el concierto, sin demasiado público por cierto, y nos vamos a tomar unas cervezas. El pueblo es parecido a Vic, pero mucho más pequeño. Son las doce o la una de la madrugada pero el tiempo es soleado y cálido.
Pasamos al lado de una plaza con un bar y una pequeña terraza, y nos encontramos con Jordi, un amigo de Alberto que acaba de ser padre, que nos enseña la foto de su hija en el móvil. Alberto me comenta que Jordi hace un tiempo estuvo sacando pasta de un cajero cada día sin meter la tarjeta ni el PIN. Nos cuenta que sacaba poco dinero para no levantar sospechas, y que cada vez que va a un cajero nuevo lo intenta otra vez, que no pierde nada. Dice que hay más posibilidades en pueblos pequeños (como el que estamos ahora), y bancos modestos.
Levanto la vista y veo una sucursal del banco de Lanzarote. Su logo tiene fondo negro, con un volcán y un sol amarillos, muy minimal. Me acerco, entro, y no introduzco ninguna tarjeta, pero me pide el PIN. El PIN hay que ponerlo moviendo unas ruedecitas con los números impresos, y hay que poner tres cifras. Pienso en poner 2 - 3 - 9 ... y Voilà! Saco 200 €.
Salgo del cajero un poco asustada, y le digo a Alberto lo que he hecho. Y él me dice, voy para allá, no me pregunta cuánto he sacado yo. Él vuelve y me susurra con cara alucinada: "He sacado 500 €". Yo le digo que alomejor se ha pasado, es un bando tan pequeño que para ese cajero 500 € pueden hacer saltar alguna alarma entre los empleados de la sucursal.
Nos quedamos pensativos. ¿Funcionará esto en el cajero del Banco de Lanzarote de Barcelona? ¿Tendremos que desplazarnos cada día hasta este pueblo, que no está precisamente cerca de Barcelona? ¿Levantaremos sospechas entre la gente por aparecer cada día por allí?
Llegamos al pueblo, se hace el concierto, sin demasiado público por cierto, y nos vamos a tomar unas cervezas. El pueblo es parecido a Vic, pero mucho más pequeño. Son las doce o la una de la madrugada pero el tiempo es soleado y cálido.
Pasamos al lado de una plaza con un bar y una pequeña terraza, y nos encontramos con Jordi, un amigo de Alberto que acaba de ser padre, que nos enseña la foto de su hija en el móvil. Alberto me comenta que Jordi hace un tiempo estuvo sacando pasta de un cajero cada día sin meter la tarjeta ni el PIN. Nos cuenta que sacaba poco dinero para no levantar sospechas, y que cada vez que va a un cajero nuevo lo intenta otra vez, que no pierde nada. Dice que hay más posibilidades en pueblos pequeños (como el que estamos ahora), y bancos modestos.
Levanto la vista y veo una sucursal del banco de Lanzarote. Su logo tiene fondo negro, con un volcán y un sol amarillos, muy minimal. Me acerco, entro, y no introduzco ninguna tarjeta, pero me pide el PIN. El PIN hay que ponerlo moviendo unas ruedecitas con los números impresos, y hay que poner tres cifras. Pienso en poner 2 - 3 - 9 ... y Voilà! Saco 200 €.
Salgo del cajero un poco asustada, y le digo a Alberto lo que he hecho. Y él me dice, voy para allá, no me pregunta cuánto he sacado yo. Él vuelve y me susurra con cara alucinada: "He sacado 500 €". Yo le digo que alomejor se ha pasado, es un bando tan pequeño que para ese cajero 500 € pueden hacer saltar alguna alarma entre los empleados de la sucursal.
Nos quedamos pensativos. ¿Funcionará esto en el cajero del Banco de Lanzarote de Barcelona? ¿Tendremos que desplazarnos cada día hasta este pueblo, que no está precisamente cerca de Barcelona? ¿Levantaremos sospechas entre la gente por aparecer cada día por allí?
